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El City Branding, además de utilizar el diseño gráfico para su fin, es principalmente un conjunto de estrategias y acciones destinadas a concursar y promover la ciudad a través de la gestión de su imagen, su identidad urbana, aspectos estructurales y valores socioculturales, en definitiva, el marketing de la ciudad, aunque es importante racalcar que en este caso no nos referiremos al término «marketing» como una mera técnica de comercialización. Como veremos a continuación, el tema en cuestión necesita de una reflexión algo más profunda.

EL VALOR DE UNA MARCA NO SALE NI DE UN POLÍTICO INSPIRADO NI DE UNA AGENCIA DE COMUNICACIÓN.

Para Monday, la planificación estratégica de una ciudad es (o debería ser) un proceso de debate ciudadano sobre su situación actual y sobre sus posibilidades a medio o largo plazo. O como dice el conocido profesor de marketing público Toni Puig, “El valor de una marca no sale ni de un político inspirado ni de una agencia de comunicación, es el resultado de un equipo público, plural y no partidario”.

Ejemplo claro es el encuentro ciudadano Jornades de Participación Ciudadana i Associacionisme a Xàtiva, un acontecimiento con potencial para convertirse en el foro perfecto para la creación de una voz plural y motor social de la ciudad. Entre otras muchas intervenciones fueron destacables las conclusiones de expertos sobre el estudio e investigación de órganos de gobierno y consejos de participación de la ciudad así como las propuestas recabadas en los grupos de trabajo formados por la ciudadanía y representantes del mundo asociativo.

DIÁLOGO SOCIAL. LA BASE PARA EL CITY BRANDING.

Remarcable fue también la experiencia conformada por diferentes ayuntamientos invitados y en la que se presentaron proyectos como “Decidim Castelló”, “De l’aula al Ple” y “Relectures”, este último pensado como un diálogo entre sociedad, historia y la nueva definición de museo recientemente revisada por el ICOM (International Council of Museum) y que dice lo siguiente:

“Los museos son espacios democratizadores, inclusivos y polifónicos para el diálogo crítico sobre los pasados y los futuros. Reconociendo y abordando los conflictos y desafíos del presente, custodian artefactos y especímenes para la sociedad, salvaguardan memorias diversas para las generaciones futuras, y garantizan la igualdad de derechos y la igualdad de acceso al patrimonio para todos los pueblos. Los museos no tienen ánimo de lucro. Son participativos y transparentes, y trabajan en colaboración activa con y para diversas comunidades a fin de coleccionar, preservar, investigar, interpretar, exponer, y ampliar las comprensiones del mundo, con el propósito de contribuir a la dignidad humana y a la justicia social, a la igualdad mundial y al bienestar planetario”.

¿Podría tomarse esta descripción como ejemplo y punto de partida para desarrollar, construir y comunicar las ciudades del futuro?

Hoy empieza todo.

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